El reciclaje es una actividad que tiene muchas ventajas, y la principal es el ahorro de recursos naturales. En los últimos años, ha crecido la tendencia a reciclar con fines solidarios: los productos reciclados pueden generar dinero que se invierte en la mejora de la salud o de las condiciones de vida de alguien que realmente lo necesita. Lo cierto es que cuando se trata de reciclaje con fines solidarios, la aceptación es muy alta, y no hace demasiado descubríamos dos historias de dos niños con enfermedades raras, que recogían tapones como forma de conseguir fondos para seguir pagando sus costosas terapias.
Reciclar tapones es una actividad sencilla, en principio, pero ¿Sabemos como reciclar tapones de la mejor forma para ayudar? Os damos algunas claves para que el reciclaje sirve de “más”:
- En los tapones de tetrabrik sirve también la parte que está pegada al cartón.
- En las botellas, se puede reciclar toda la parte que está cerca del tapón.
- Los dosificadores de limpiadores o jabones también se pueden reciclar, de hecho, sirve la pieza entera.
- Los frascos de plástico de desodorantes, se reciclan enteros.
- Las tapas de toallitas de bebés o cremas de pelo, entre otros, también se consideran útiles para reciclar tapones.
- Tapones de bolígrafos o rotuladores se pueden reciclar, del mismo modo que los correctores, tanto en formato bolígrafo, como los líquidos.
Para saber más, aquí tienen una lista con todos los productos que se pueden reciclar. Ser solidarios puede ser mucho más sencillo al reciclar tapones, además de contribuir con una buena causa y de ayudar a alguien que lo necesita, es una actividad que es buena para el Medio Ambiente.
Pero, ¿por qué tapones?¿Qué los distingue del resto de envases o productos plásticos?
La clave está en que se trata de polímeros de mejor calidad, al tiempo que su toxicidad es menor. Se trata fundamentalmente de polietilenos y polipropilenos, cuyo reciclado es más sencillo porque son un producto más uniforme. Pero además, el volumen final de recogida es menor que en el caso de otros envases de mayor tamaño, por lo que su manipulación es más sencilla, además de que suelen llegar más limpios y con menos residuos.
Tras su reciclaje se fabrica granza, una materia prima que sirve para elaborar productos como cajas (para frutas y hortalizas), revestimientos o aislantes.