
En plena crisis económica nos encontramos con un montón de personas con situaciones criticas con grandes problemas económicos para poder pagar la Hipoteca de su vivienda. Sin
embargo nos olvidamos de una parte muy importante de la población que no puede pagar la Hipoteca Energetica, es decir, asumir el coste de calefacción para su vivienda, viendose obligados a renunciar al confort y calor de su vivienda
La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha presentado su segundo estudio sobre la Pobreza Energética en España, según el cual, 7 millones de ciudadanos tienen dificultades para pagar las facturas de energía, circunstancia que agravan la crisis y el desempleo. Tal es así que, en 2012, último año con datos disponibles, uno de cada tres hogares en paro se encontraba en situación de vulnerabilidad frente a pobreza energética, de ahí la necesidad de diseñar una estrategia nacional para su prevención y mitigación que mejore la eficiencia energética de los edificios, como solución más óptima a medio y largo plazo.
Según las últimas cifras disponibles correspondientes a 2012, el número de hogares que gastan más de un 10% de sus ingresos en el pago de las facturas de energía doméstica ha aumentado un 34% en tan sólo dos años , al igual que el número de personas que se declaran incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada que ha aumentado en un 50 % desde 2008 a 2012, de tal manera, que el 9% de los hogares se declara incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos del año, es decir, unos 4 millones de personas.
Un dato que sitúa a España como el cuarto país de la Unión Europea con más personas incapaces de mantener una temperatura adecuada en sus hogares, de los 54 millones de personas afectadas en 2012 en toda la Unión.
Por esta razón el estudio lleva a cabo el análisis tendencial de esta problemática en nuestro país desde el inicio de la crisis, lo que ha puesto de manifiesto el agravamiento de la pobreza energética en los hogares con la persona de referencia en paro. En concreto, en el año 2012 uno de cada tres hogares en paro, aproximadamente 1,2 millones de personas, destinaba más del 10% de sus ingresos al pago de la energía doméstica, en concreto un 34% de hogares frente al 14 % registrado en 2007, es decir un incremento de 142% en 5 años.
No obstante, en el año 2012, 3,4 millones de personas, pertenecientes a hogares con la persona de referencia ocupada, también estaban realizando un gasto desproporcionado para pagar las facturas de energía, un 11 por ciento del total de hogares, frente al 3% registrado cinco años antes.
Por otro lado, la tendencia durante estos 5 años ha registrado incrementos del 13 al 21% en hogares de jubilados relativos al gasto desproporcionado en facturas de energía.
Consecuencias de la pobreza energética
ACA pone de manifiesto que las situaciones de pobreza energética no sólo afectan a las decisiones de gasto del hogar, que tiene que debatir cómo distribuir sus ingresos entre todas las necesidades básicas del hogar, sino también a la calidad de vida y a la salud de las personas, hasta el punto que puede estar ocasionando el 30 % de las muertes adicionales de invierno, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2012, la mortalidad adicional de invierno promedio en España fue de 24.000 muertes por lo que más de 7000 fallecimientos prematuros estarían asociados a la pobreza energética, valor muy superior a las 1129 víctimas mortales en accidentes de tráfico en carretera en España en 2012. Paradójicamente, el riesgo de sufrir una muerte prematura durante el invierno es mayor en aquellas comunidades con temperaturas más suaves.
Afrontar la pobreza energética
También a diferencia del anterior estudio, ya que no existían, se han revisado las iniciativas, propuestas y acciones de todo tipo que diferentes partidos políticos han presentado y discutido en el Congreso de los Diputados y diferentes parlamentos autonómicos desde 2012 y se ha actualizado la revisión de medidas con incidencia directa o indirecta en la pobreza energética, análisis que sí se llevó a cabo en 2012, evaluando la efectividad de medidas como el bono social, las ayudas a la renta de los hogares o las normativas que promueven la mejora de la eficiencia energética de los edificios, tanto a corto como a medio o largo plazo.
El estudio “Pobreza Energética de España. Análisis de tendencias” recoge finalmente una serie de recomendaciones en las que la Asociación propone la definición de una estrategia nacional para prevenir y mitigar la pobreza energética que integre a las distintas administraciones competentes de la Administración General del Estado e introduzca orientaciones para una acción coordinada entre la administración central, autonómica y local en materia de prevención y mitigación de pobreza energética.
Para desarrollar esa estrategia se propone, entre otros, la redefinición del actual bono social, la involucración de todos los actores implicados, incluidos el consumidor y las compañías energéticas, y la puesta en marcha de un plan de rehabilitación energética que contemple la pobreza energética en su diseño y en las vías o mecanismos de financiación.